viernes, 26 de septiembre de 2014

Cabo Vadilla episodio Caracas

La Expresión del Teenager


Johanna Villasmil

Desde hace dos semanas atrás he venido evaluando la situación Venezolana de manera numérica y en diferentes aspectos para compararla a como estará en diciembre cuando regrese de Washington D.C, pero esta semana he decidido cambiar un poco la temática debido a un documental que vi y que viene muy ligado al tema de seguridad que tratamos la semana pasada.

El 9 de septiembre se estrenó en España un nuevo episodio del programa “Cabo Vadillo”, el cual es una mezcla entre los géneros de documental y de tele realidad protagonizado por Pablo Vadillo, quien es cabo de la Guardia Urbana de Barcelona. El programa se trata sobre el trabajo policial en distintos países, y en este episodio fue mostrada la labor que realiza la Policía Municipal de Sucre “polisucre” en uno de los barrios más peligrosos del mundo, José Félix Rivas.

La primera parte del programa se centra en el proceso de entrenamiento que realiza la policía del municipio Sucre, basado en la rapidez y en la agilidad, debido a que ellos por ley no pueden contar con los mismos recursos con que cuentan los delincuentes. Una frase que me marcó que dice el encargado del entrenamiento durante este es “la vida de los ciudadanos y la vida de sus compañeros depende de este entrenamiento”.

Una de las cosas que caracteriza el programa es que a medida que se va transmitiendo van presentando cifras del lugar donde está, por ejemplo: expone que en Caracas hay 6 millones de personas y 5 millones de armas de fuego sin control; también que por cada 100.000 habitantes hay 79 homicidios, lo que representa más de 4 mil homicidios en un año, entre muchas otras cifras preocupantes que expusieron.

Otro punto interesante que se mostró en el documental es la veneración como si fueran santos a un grupo de delincuentes llamados Corte Calé, quienes se encuentran enterrados en el Cementerio General del Sur de Caracas. La Corte Calé se dedicó durante los años 40, 50 y 60 a robar a los que eran más ricos para darle a los pobres. La figura más representativa es Ismael, y lo que le piden es salud, vida, fuerza, sabiduría, protección, entre otros. ¿Qué se puede esperar de un país en donde a los delincuentes se les venera?

Lo que más me impactó del programa fue el momento en el que conversa con las personas recluidas, es decir los presidiarios, dentro de la sede de polisucre, y la manera en que ellos hablaron de sus actos delictivos y de la vida como si no fuera nada, como si realmente no importara, y ahí se encuentra el verdadero motivo por el cual continuamos con las altas tasas de homicidio, porque la vida del compatriota no importa, lo que importa es lo que lleva en el bolsillo.

Debido a situaciones de corrupción que muchos de nosotros hemos vivido con agentes policiales les hemos perdido el respeto, pero considero que aún existen algunos que lo hacen por vocación y por ganas de servir en pro de la seguridad. Ellos también viven la violencia y a veces son más propensos a ser víctimas de ella por el arma que cargan.   

La violencia en Venezuela va a continuar creciendo mientras no existan políticas basadas en la educación a los presidiarios, y mientras continue la impunidad, muchos de los presos entran hoy y tienen que salir mañana porque ni los procesan. Es importante que no olvidemos la labor que realiza la policía y la importancia de tenerla, a pesar que la corrupción ya sea parte de ella.    

La próxima semana finalizaremos la evaluación a nivel numérica de la situación venezolana con las cifras referentes a política, para así poder evaluar, en base a los tres artículos de economía, seguridad y política, como ha mejorado o empeorado la situación de Venezuela de septiembre a diciembre.

Los quiere Joha


No hay comentarios:

Publicar un comentario